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Selva Lacandona

Selva Lacandona 1

Selva Lacandona

La superficie considerada como "Región Lacandona" comprende 957,240 hectáreas, que representa casi el 13 % del territorio estatal. Esta región, ubicada en la porción noreste del estado de Chiapas limita al sur y al este con Guatemala, al oeste con el valle del río Jataté y al norte con el paralelo 17.

La cubierta vegetal en la Selva Lacandona es altamente diversa a nivel de especies, comunidades y ecosistemas. En especial la Comunidad Lacandona muestra una de las extensiones más grandes en el país de selvas altas perennifolias, uno de los ecosistemas más complejos y diversos que se conocen, pero a la vez, uno de los más vulnerables y frágiles frente a la manipulación humana.

La fauna silvestre muestra también una alta diversidad. En la Selva Lacandona se encuentran muchas especies endémicas a las selvas húmedas mesoamericanas y varias especies animales amenzadas o en peligro de extinción como el jaguar (Panthera onca), el águila arpía (Harpia harpyja) y el quetzal (pharomachrus mocinno).

Por otro lado, este importante macizo selvático ofrece otros importantes servicios ambientales como la regulación hidrológica a nivel regional, el control de la erosión y el mantenimiento de la humedad de los suelos; algunos estudios recientes indican que está cubierta vegetal es responsable en parte del ciclo de lluvias que precipita sobre la depresión central del estado, una cuenca cerrada cuya única apertura por donde penetran las nubes que producen las lluvias pasa sobre la Selva Lacandona. En la depresión central se ubica el sistema del Grijalva, que genera más del 30% de la energía eléctrica del país.

Esta zona la conforman grupos indígenas tzeltales, choles, tzotziles y lacandones, en orden de importancia numérica. Para 1984, el distrito de desarrollo de la SARH estimó una población de 4,935 habitantes para la comunidad de nueva palestina y 3,115 habitantes para Frontera Corozal. De acuerdo a cálculos estimados en 1989 se contempló una población de aproximadamente 6,400 y 5,000 habitantes, de la cual se tiene un 65% menor de 20 años y una PEA del 50%. En cuanto a los mayas lacandones, la población escasamente rebasa los 500 habitantes, que se encuentran asentados en cuatro localidades: Metzabok, Naha, Bethel y Lacanjá-Chansayab. En este último se concentra la mayor parte.

En la actualidad la zona se comunica por medio de la carretera fronteriza a la ciudad de Palenque y de ésta se desprenden ramales hacia los poblados. También se cuenta con agua entubada, pero no cubre todos los barrios.

Para ir a la Selva Lacandona podemos partir de Tuxtla Gutiérrez, viajar a Comitán de Domínguez y seguir a las Lagunas de Montebello, donde se pueden admirar sus magníficas aguas de varias tonalidades, que van del verde claro al azul intenso. De ahí hay que dirigirse al ejido Ixcán, cuyos habitantes le organizan un viaje para que entre en contacto con la naturaleza, en la Estación Ixcán; en ese lugar se ofrecen alimentación, hospedaje y guías; posteriormente podemos visitar la Estación Biológica Chajul, un verdadero laboratorio en el campo.

Siguiendo la ruta se llega directamente a Frontera Corozal para visitar el campamento Escudo Jaguar, en donde se puede encontrar hospedaje y alimentación; desde este campamento parten las lanchas para ir a la zona arqueológica de Yaxchilán.

Tambien puede viajar a Lacanjá, donde los lacandones los pueden llevar por el pasado y presente de su historia, así como a Bonampak, a la cascada Mactunijá y a las lagunas Carranza o Lacanjá.

En el mismo circuito se puede vicitar Nueva Palestina, en donde la comunidad brinda diversos servicios a los visitantes en el centro de ecoturismo Selvas del Faisán, además de organizar viajes al interior de la selva.

Así, se puede continuar la excursión y llegar a Palenque, donde se conjunta todo el tesoro de biodiversidad, cultura e historia que representa la Selva Lacandona.